Educando la alegría: Pepa Horno Goicoechea

Bibliografía: p. 129-133

Introducción /Por qué la alegría /La alegría como emoción básica /La alegría como motor del desarrollo /Qué no es la alegría?/La alegría y el desarrollo afectivo del niño, niña o adolescentes. /Cómo cultivar la alegría /El placer y la alegría: consciencia corporal y afectividad. /La conciencia corporal /La afectividad y la intimidad /La fluidez y la alegría: los tiempos, los ritmos. /Los tiempos: presencia y permanencia. /Los ritmos: el ajuste sensorial. /El sentido y la alegría: transcendencia, red y resiliencia. /La transcendencia y la red. /La alegría y la resiliencia. /Sistematizando la alegría: estrategias para educar la alegría/Actitud del educador: educar: educar con consciencia/Creando contextos resilientes/La afectividad consciente /Fortaleza y solidez emocional de quienes educan y su confianza en las capacidades de los niños, niñas y adolescentes /Ofreciendo recursos a los niños, niñas y adolescentes para promover su alegría /Promover la consciencia corporal /Enseñar a transitar las emociones /Estrategias para sistematizar la alegría en los espacios educativos./Epílogo: carta a quienes educan /Bibliografía de referencia.

Alguien nos dijo alguna vez que ir, acariciar, jugar o compartir son imprescindibles para educar personas emocionalmente fuerte? ¿Nos explicaron que los espacios son educativos cuando son luminoso, están en contacto con la naturaleza y permiten el movimiento? La alegría es una emoción imprescindible para el desarrollo pleno del niño o niña. Sin alegría no hay exploración, intimidad, encuentro, crecimiento, protección o resiliencia. Ni, sobre todo, valor. Quienes educamos queremos impulsar personas plenas y felices. Y nos hacemos responsable de nuestro papel en ello. Pero nuestra historia efectiva, nuestra memoria corporal y nuestros propios miedos son la base del cómo educamos. Y esa parte no siempre queremos mirarla. Este libro recoge estrategias concretas para cultivar la alegría como una opción consciente en la educación de los niños y niñas, tanto en sus familias como en los centros escolares y de protección. Y hacerlo de forma sistemática y cotidiana, no pasajera. Porque se puede elegir la alegría con consciencia y de forma realista, No se trata de brindar una visión ingenua de la vida a los niños, niñas y adolescentes, sino de cultivar su fortaleza emocional para que puedan asumir su libertad y afrontar la vida de forma consciente, positiva y valiente.